Acerca de Mí!

Mi foto
Santiago, Chile
Alguien que le apasiona escribir y describir sobre gente, lugares, reflexiones de vida y columnas de crítica social.

15 de septiembre de 2007

Con sabor a Caramelo!

Todo se está volviendo Quijotesjacamente un desafío!

El Gato con botas y añoranzas de sueños inefables!

16 de agosto de 2007

..La mirada llena de luz....

Tan sólo fue sentir su presencia para saber que algo ocurriría...
Saber que se aproximaba el momento en que por fin podría mirar a los ojos...
El momento único en que podría cruzar las primeras palabras y poder sonreír de verdad...
Aquel mágico y esperado segundo en que podría parar el tiempo y mirar sin temor...
Jamás podré saber si me detuve yo o fue que el tiempo avanzó más rápido, pues como un simple chispazo de pronto me ví envuelto en algo mágico... en un mundo al que jamás creí pertener.... no rodeado de seres extraños o quizá taciturnamente parafernálicos, sino rodeado de ellos de mis más queridos seres.... apañando que llevara por fin la luz a los ojos más hermosos que vi jamás... avivando día a día esa llama que temerosamente se escondía de la ventisca para enardecerse y poder combustionar. Quizá tuve miedo, quizá dudé... tal vez siga dudando... pero sí dunda con esa mirada llena de luz, día a día.... el gato con botas vive feliz en un sueño... rodeado de cerros y de hermosos puntos en el aire que por tensiones van de cumbre a cumbre lleno de amor.

Sólo se debe esperar, pues tanto los árboles caen sólo cuando son derribados por el acontecer humano, pues de sólo caen los más antiquísimos y creo que aún queda para ello... sólo respirando por fin el aire que siempre soñé respirar y el cual sabría que estaría embotellado para mí.
Por fin esas huellitas en la arena no sólo son dos, sino que más de tres.

Viviendo e iluminando la mirada que robó la noción de realidad en mi mente, aquellos haces de luz que jamás se borrarán de mi retina...


^^
Gato.

7 de julio de 2007

De las letras a los números Perfectos o_O!

Muchas veces pensé en qué querer estudiar o qué sería de mí en unos años más, a lo que comunmente le llama el mundo un "flash-forward"... Jamás logré visualizar el qué estudiaba o el qué hacía en esos momentos relativos del espacio temporal. ¿Por qué?... Aún no lo entiendo. Lo más jocoso es que me veía feliz, rodeado de gente y siempre ayudando, pues recuerdo que a menudo recibia los típicos "Muchas gracias!". En un comienzo deducí que era algo relativo a la medicina o área salud, quizás nunca pude decifrar cual era específicamente mi rubro. Por otro lado pensé en la literatura, pues más allá de ayudar, hacía que la gente se trasladara mediante unas palabras a un lugar desconocido a un mundo onírico, donde sólo ellos podían reconocer,lo.

Ahora que me veo ya mayor, ya con el camino elegido, entorno a un mundo perfecto lleno de sólo tautologías, teoremas, colorarios, demostraciones y perfectos resultados, donde lo subjetivo y los términos medios no existen, recuerdo aquel sueño que esa vez tuve y veo que nunca fue lo que ví o deducí aquella mañana. Quizás... sólo vi una parte de lo que ahora es... pero ¿será realmente esto lo que soy? ¿Será realmente esta mi esencia? (...) Sencillamente no lo sé.

Más allá de querer o no querer seguir en el camino elegido, sé que puedo... pues "todo se puede" como alguna vez un ángel caído del cielo me lo dijo con sus ojos llenos de ilusión -y siempre le he creído-. No sé si amerite seguir esforzándome por algo que no sé si desempeñaré más adelante, quizá me quede como catedrático, docente o simple observador del mundo actual. ¡Pero nO!, esoes precisamente lo que no quiero... no quiero quedarme a contemplar el mundo sin tener las herramientas para mejorarlo, quizá este sea el piso para llegar a la gran cima... pero por qué es tan dura esta escalera...

Creo que lo mejor de la experiencia o el primer encuentro con el ambiente universitario y los números perfectos....fue el proceso de libertad, el tener el dominio de todos tus actos, sin leyes que te limitan. Ojalá mi alma literaria, el gran deseo cotidiano de seguir leyendo, la pasión por la lírica, la tentación literaria y cuántas cosas más que me ligan al mundo filosófico no se escondan de los pérfidos números que asimismos se tildan de "La ciencia de la perfección".

Sólo quiero agradecer a los miles de seres que han estado conmigo desde que comencé este camino algo tortuoso, pero que tiene de dulce y amargo. Pienso que más allá de que el lugar nos une por una meta fija a todos, el gran sentimiento contruído es algo mágico e inefable.

Muchos saludos!
Y tranquilos... xD
Sandra está viva y sólo está esperando para salir a la luz
-ahora que recordé la clave de esta cosa-


--------------------

21 de febrero de 2007

...El brillo de sus Ojos... (IV)

El verse correr por los pasillos de su vecino Luis, el jugar con Ágatha a las muñecas de trapo, el siempre comer panecillos a escondidas de su Tío Juan Carlos por temor a un regaño, el tener que siempre esconderse detrás de la puerta del comedor central para no ir a la ducha con su mamá, y asimismo día a día tener que atravesar por la madrugada la viga de contención para poder ver a Tomás. Aquel joven que siempre le sonrió cuando ella estaba enfadada o sola después de un regaño injusto, ese niño que siempre guardó los secretos más ocultos de la pequeña Sandra... quizá aquel recuerdo imborrable del brillos de los ojos de Tomás aún yacía en el corazón lleno de corazas injustificadas de Sandra; pues era ese color, ese reflejo de su alma, esa veracidad y tierna mirada la que le hacía sentir ese fuego interno, esa respiración agitada e incontrolable, esos suspiros insoslayables por su mente y al mismo tiempo trasportarla a otros mundos lejanos a su realidad juvenil. Por milésimas de segundos, Sandra no se sentía ella misma, sentía estar desfasada en su tiempo transcurrido y miraba lo que había vivido sin juzgarlo, fue quizá el momento más emocionante de su vida –hasta entonces-. Todo se irrumpió por un bocinazo zumbante y potente en el tímpano de Sandra proveniente de un camión que procuraba no atropellarle. Llena de pavor y temblorosa, saltó al jardín de su madre y pudo otra vez escuchar el “Tic-Tac” infinito del reloj de salón en la casa de su madre.

Golpeó lentamente la puerta y aún en estado de somnolencia gritó un: ¡Mamá abre llegué, soy YO!. En eso y de manera casi tenebrosa se abrió la cortina de la ventana izquierda e inferior de la casa de niñez de Sandra. ¿Quién se asomaba a mirar los gritos desesperados?, pues era su mismísima madre, Lucrecia la que por años irrumpió de manera obsesiva y a veces hasta enmarañada en la vida sentimental y social de Sandra. Con una cara arrugada y lejos de mostrar la firmeza y cruda forma de ser de antaño, la señora Lucrecia abrió con cautela el cerrojo y pestillo de su casona sobreviviente al feroz incendio; aunque se escucho el suspiro de alivio de Sandra por ver a su madre sana y salva hasta el negocio de la esquina de enfrente, su rostro por el contrario no mostró ningún gesto amigable ni sentimental a su antiquísima madre. Por razones obvias para cualquiera, en Sandra por fin se abrían los caminos pedregosos ante una nueva forma de pensar y actuar ante la vida; aunque el orgullo y el dolor aún quemaban en su interior como una piedra recién expulsada de un magma en erupción.
------------------

Cuarta Parte.

20 de febrero de 2007

...El brillo de sus ojos...(III)

Cuando irrumpió por fin en la calle, Sandra sin más “peros” detuvo el primer taxi que se acercó y de forma casi instantánea se quedó quieta y en mutis en él. En un principio el chofer que estaba a cargo de su viaje no dijo nada, pues era una avenida y no habían curvas, cuando llegaron a la primera desviación Sandra con seguridad pero al mismo tiempo miedo le acercó una dirección al volante en un papel amarillo con un simple- Lléveme allí- a lo que impactado por la falta de comunicación de su pasajera, el chofer impávido y quizás confuso atinó con un aún más escueto –ok, señorita-. En ese instante, Sandra notó que no hizo caso a las noticias que antes oyó y por ende no tendría el agua necesaria después de venir de donde su madre -otra huella más de su infaltable enclaustro mental-.

Cuando por fin el auto se detuvo Sandra, con calma y quizá desprecio sacó un billete de un valor muy superior al que el chofer indicaba insistentemente con su índice, en ese segundo se oyó por fin otra palabra del sucinto vocabulario de esta muda damisela – Quédese con el cambio, eh-. De inmediato el auto siguió su marcha y Sandra miró por fin y sin ningún temor el deteriorado ambiente que la rodeaba... ¿qué veía?, pues eran los barrios donde vivió todas su experiencias de vida, niñez, adolescencia y tal vez hasta adultez...es decir: "su vida". Pero entonces la pregunta es ¿Y dónde están todos esos recuerdos ahora?, quizá arrancados de su memoria tan ocupada por otros temas, o tal vez aún escondidos en una caja con una llave muy secreta. La verdad es que por más que ella quisiese recordar un pasado, el presente era otro, pues ahora sólo yacía lo que alguna vez vislumbró entre polvo, cenizas y humo.

Corrió una lágrima refleja por la mejilla de Sandra, la cual recorrió desde el extremo de su párpado sonrojado y húmedo hasta su mentón tembloroso y cabizbajo. Habían pasado muchísimos años desde que no había una muestra de flaqueza en sus ojos brillantes y azules. Los trámites más comunes y rutinarios a veces la hacían apenarse y deprimirse, pero jamás alguno de su propia existencia interna. Este hecho por fin rompía con lo “común” que Sandra se encargaba de arreglar para su vida –tal como un rompecabezas “pieza por pieza”-. Quizá por fin y de una vez por todas esta era una de esas señales que ocurren sólo una vez en la vida y marcan tu camino de una forma totalmente distinta, pero aún Sandra no lo notaba.

--------------------------
Tercera Parte.

18 de febrero de 2007

...El brillo de sus ojos...(II)

La respuesta a sus interrogantes no fueron respondidas de inmediato, quizá pasarían años para poder acertar de manera exacta -tal como lo hace un engranaje en un motor- qué fue lo que pasó o qué la llevó a esa situación tan alejada de su esencia. Apenas encendió el televisor notó que el Lunes alzaban los micros, que había que comprarse bidones de agua pues la cortaban a las 00.00 horas del Domingo, que debía planificar su vuelo con su empresa de aerolíneas para la semana entrante y que había ocurrido un incendio en los suburbios aledaños a la casa de su madre; quizá muchas malas noticias para unos simples minutos… pero creo que era lo que la televisión le hacía ver a Sandra y asimismo ella lo recepcionaba en su estado post-reflexión.

En ese mismo segundo y casi de manera alterna sonó la puerta de manera muy estrepitosa… ¡Bang bang! Golpeaban de manera continuada y sin interrupciones. En un principio Sandra no sintió ninguna onomatopeya venir de la puerta de recepción. Apenas frágilmente sintió un sonido venir a su tímpano, corrió y miró la puerta de manera desaforada y nerviosa. ¿Quién era? y ¿Por qué llamaba con tanta prisa?, muchas dudas llegaron a la cabeza sin respuestas lógicas y el pánico se apoderó de la habitación. Sin temor a lo que ocurriera, Sandra se limpió sus lágrimas inexplicables, su sudor nervioso y tomó por fin la manilla, la cual giró con un torque rapidísimo en milisegundos. ¿Qué vio por fin?.. pues nada de lo que no viera diariamente en su trabajo como docente de un colegio público en una escuela alejada de la ayuda estatal, simplemente era una notificación de servicio que adjuntaba un carta de felicidades por el cumpleaños traída por un trabajador común de “correos”. De manera triste y quizá decepcionada a la vez, Sandra dio la vuelta y en un lenguaje kinésico se despidió de aquel hombre que de forma amigable le sonreía por su nerviosa forma de recibirlo. Apenas juntó el cerrojo casi totalmente, aquel joven alto y delgado le dijo amablemente: “Señorita… ¿está usted de cumpleaños?”. – Sí, contestó ella de manera cruda y sentenciosa-. Con extrañeza el joven la felicitó y se retiró con una mueca de impacto en su rostro.

De manera refleja y automática, tal vez guiada por la fascinación de la curiosidad empezó a abrir la correspondencia que llegó de manera tan aguerrida a sus manos; aunque no esperaba nada extraño, se sentó y con despreció tiró todo al suelo en un zigzagueante planear. Cuado vio que su lanzamiento chocó con el celular que yacía dormido en el suelo de tapiz negro, corrió a cogerlo y notó que ya eran casi las 13.00 y aún no hacía nada “productivo”. Tomó por fin con ahínco su teléfono de casa –quizá con la confianza que poseyó en años anteriores- y llamó a su madre, la cual no respondió a los casi insistentes 9 llamados. Fue así como Sandra, sin ninguna predestinación –como nunca antes visto en su vida- salió por fin de la prisión de cuatro paredes en busca de las respuestas que ya sin lógica podía responder; sin siquiera imaginar el cambio rotundo y místico que encontraría.


------------------------
Segunda Parte.

15 de febrero de 2007

...El brillo de sus ojos...(I)

Aquel día de verano, el cual parecía ser uno de los típicos de la vida de Sandra, comenzó como estaba escrito, de manera extraña e inconfundible. Tal vez esta era la única oportunidad de cambiar y girar de forma casi rotunda una vida algo vacía y llena de intimidad. Asimismo estaba claro que este día sería el único y más hermoso de su camino personal. Así fue como muy temprano, Sandra despertaba de manera casi automática ante un pequeño brillo en su cara, el cual jamás había atravesado la oscura cortina de la habitación de tonalidad distintiva de su personalidad. El acto a seguir fue como lo propio en sus acciones, no se percató de la presencia azarosa del haz de luz típico de una mañana despejada intentando abrir sus ojos de manera involuntaria. Trató como típicamente intentamos todos de zafarse de aquel molesto acontecer y no salir al estado de vigilia que poco a poco se aproximaba. Al fin, por vencida dejó su almohada que aferraba de manera rabiosa en su rostro y allanó el piso con sus pies descalzos. En un principio, no sintió el frío intimidante de una cerámica llana y tímida, sino sólo el equilibrio temporal de su cuerpo en una habitación aún oscura y como laberinto ante un andar. Apenas sintió el voraz frío en sus plantas somnolientas, dio saltos interminables y balanceándose de manera rápida, logró alcanzar sus típicos y quizá nunca antes usados zapatos de dormir. En ese instante, ya con seguridad para enfrentar el aguerrido e insistente brillo, abrió de manera lenta aquel visillo y logró tener el primer contacto con una ciudad que le era apacible y hermosa. Por primera vez en quizá días, meses o hasta años Sandra se había detenido a mirar una paisaje tan silencioso y admirable.

Fue así como de manera placentera abrió las ventanas de toda su casa, y empezó a sentir el aire fresco y puro de un día que era pronosticado como fresco y parcial. Olvidadiza de que era un día festivo, Sandra miró su reloj y como acto reflejo rompió con el estado placentero y calmo de su alma en equilibrio con el ambiente al igual que un chasquido de dedos. Entró a la tina, se vistió y lista para salir tomó su celular –quizá el más carceloso de su existencia- el cual en su casilla de mensajes la felicitaba la compañía del celular por su cumpleaños. En ese segundo, totalmente colapsada y casi muda se sentó en su sofá regalón y miró el calendario, ¡Pues… claro! Era su cumpleaños y no sólo eso la impactaba, sino que también era Domingo, es decir, no un día para estar vestida y lista para su trabajo. Fue en esa reflexión de minutos en que comprendió que no sólo se había olvidado de los suyos, pues estaba desolada viviendo su mundo; sino que también se había olvidado de ella misma.

Para romper con ese tren en marcha, del cual ya era cliente frecuente y que ella misma había formado hace ya décadas, Sandra de una vez por todas, rompió en llantos y en una ira desaforada. Quizás una emoción interna que jamás había dejado salir por el temor a mostrar debilidad o simple flaqueza. Al pasar las horas, la templaza se apoderó de su sensible figura. Ya nada le hacía sentir un peso, pues por fin había abandonado las mochilas que alguna vez cargó y formando una coraza mantuvo.



-----------------------
Primera Parte.